Desbloquea la máxima estabilidad de taludes: La guía definitiva para la selección de profundidad y tamaño de celdas geomédulas
Comprender las geoceldas y su papel crucial
Las geoceldas, también conocidas como sistemas de confinamiento celular, son estructuras tridimensionales con forma de panal fabricadas con polietileno de alta densidad (HDPE) u otros polímeros duraderos. Estos geosintéticos modernos se han convertido en un elemento fundamental de los proyectos de ingeniería civil actuales, en particular en obras relacionadas con taludes.
En el ámbito de la protección de taludes con geoceldas, estas actúan como una sólida barrera contra las fuerzas de la naturaleza. Al instalarse en laderas, las geoceldas previenen la erosión del suelo confinando las partículas dentro de sus celdas. Este mecanismo de confinamiento es como una red de pequeñas fortalezas que mantienen el suelo firmemente en su lugar, incluso durante fuertes lluvias o vientos intensos. Por ejemplo, en zonas montañosas donde las laderas están constantemente expuestas a condiciones climáticas adversas, se ha comprobado que las estructuras de protección de taludes con geoceldas reducen eficazmente la tasa de pérdida de suelo, preservando la integridad de la ladera a lo largo del tiempo.
La estabilización de taludes mediante geoceldas es otra función vital. Al distribuir la carga y aumentar la resistencia al corte del suelo, las geoceldas mejoran el equilibrio natural de los taludes. Crean una estructura compuesta con el suelo, haciéndolo más resistente al deslizamiento y la deformación. En proyectos de construcción de carreteras que incluyen la reducción y el relleno de taludes, las geoceldas desempeñan un papel fundamental para garantizar la estabilidad de los mismos, disminuyendo el riesgo de deslizamientos de tierra y fallas.
Además, las geoceldas son extraordinariamente eficaces para el control de la erosión. Su diseño especial les permite atraer sedimentos y ralentizar su avance con el flujo del agua, minimizando así el impacto de la escorrentía superficial en el suelo. Esto es especialmente importante en zonas con precipitaciones excesivas o en riberas y playas donde la erosión puede ser un problema grave. Ya sea para proteger terrenos agrícolas de la erosión o para salvaguardar los cimientos de infraestructuras de la fuerza erosiva del agua, las geoceldas ofrecen una solución eficaz.
Sin embargo, para aprovechar al máximo el potencial de las geoceldas en estas aplicaciones, es fundamental seleccionar la profundidad adecuada de la geocelda y la dimensión del teléfono móvil. Una resolución incorrecta puede generar un rendimiento deficiente, con la consiguiente pérdida de tiempo y recursos. En las siguientes secciones, analizaremos en detalle los factores que influyen en la elección de la profundidad de la geocelda y la dimensión del teléfono móvil para optimizar la estabilidad de taludes.
Factores que influyen en la selección de la profundidad de la geocelda
Tipos y características del suelo
El tipo de suelo es un elemento esencial para determinar la profundidad óptima de las geoceldas. Los distintos tipos de suelo presentan propiedades únicas que influyen en su estabilidad y su interacción con las geoceldas. Por ejemplo, los suelos arenosos son granulares y tienen una cohesión bastante baja. Al utilizar geoceldas para la protección de taludes en zonas de suelo arenoso, puede ser necesaria una mayor profundidad de geocelda. Las geoceldas deben penetrar más profundamente en la arena para confinar eficazmente las partículas sueltas. Esta mayor penetración crea una estructura más estable, ya que las celdas impiden que la arena sea fácilmente erosionada por el agua o desplazada por el viento.
Por otro lado, los suelos arcillosos presentan una plasticidad y cohesión excesivas. Sin embargo, también tienden a expandirse y contraerse con las variaciones en su contenido de humedad. En taludes arcillosos, la profundidad de la geomalla debe seleccionarse cuidadosamente para tener en cuenta estos cambios de extensión. Una profundidad menor podría ser suficiente si el objetivo principal es nivelar el terreno y prevenir la erosión superficial. Pero si el talud está expuesto a desastres profundos debido a la naturaleza expansiva de la arcilla, una mayor profundidad podría ser indispensable para proporcionar una estabilización duradera de la geomalla.
Ángulo de pendiente y altura
La inclinación y la altura de la pendiente están estrechamente relacionadas con la profundidad requerida de las geoceldas. Las pendientes más pronunciadas y altas presentan mayores desafíos para la estabilidad. Una pendiente más pronunciada ejerce una mayor presión gravitacional sobre el suelo, aumentando el riesgo de deslizamiento. A medida que aumenta la inclinación de la pendiente, la profundidad de las geoceldas debe ser mayor para contrarrestar esta fuerza. Por ejemplo, en una pendiente con un ángulo de 45 grados, las geoceldas deben instalarse a una profundidad suficiente para anclar firmemente el suelo y resistir la fuerte fuerza descendente.
La parte superior de la pendiente también desempeña un papel fundamental. Las pendientes más altas tienen una mayor masa de suelo, la cual ejerce una mayor presión en los niveles inferiores. Para garantizar la seguridad y estabilización de la pendiente con geoceldas en estos casos, estas deben tener la profundidad suficiente para contener toda la masa de suelo. Una pendiente de 20 metros de altura requerirá una instalación de geoceldas más profunda que una de 5 metros. Esto se debe a que la parte inferior de la pendiente más alta experimenta una mayor presión, y las geoceldas deben ser capaces de distribuirla correctamente para evitar deslizamientos.
Carga - Requisitos de soporte
Las necesidades de carga del terreno son otro factor clave en la selección de la profundidad de las geoceldas. Si el talud estará sometido a cargas pesadas, como tráfico vehicular, maquinaria de construcción o grandes volúmenes de almacenamiento, se requiere una mayor profundidad de geoceldas. Por ejemplo, en una obra donde camiones suben y bajan continuamente por una pendiente, las geoceldas deben tener la profundidad suficiente para brindar un soporte adecuado. Las celdas distribuirán las masas de los vehículos sobre una amplia superficie del suelo, reduciendo la presión en un solo punto.
En áreas con planes de mejora futuros que podrían generar cargas adicionales, es fundamental considerar los requisitos de carga al determinar la profundidad de las geoceldas. Instalar geoceldas a una profundidad adecuada desde el principio prepara mejor el talud para soportar las cargas futuras, garantizando su seguridad y estabilidad a largo plazo. No tener en cuenta los requisitos de carga puede provocar fallas prematuras en las geoceldas e inestabilidad en el talud, lo que puede resultar en reparaciones costosas y riesgos para la seguridad.
Consideraciones clave para el tamaño de la celda Geocell
Tamaño de partícula del material de relleno
El tamaño de partícula del material de relleno es un factor clave para determinar el tamaño de las geoceldas. Si el material de relleno contiene partículas de gran tamaño, como grava gruesa o agregados de gran tamaño, se requiere una geocelda de mayor tamaño. Esto se debe a que las celdas pequeñas no podrían alojar adecuadamente estas partículas, aumentando el riesgo de que se rompan o escapen. Por ejemplo, en la estabilización de taludes con suelo rico en fragmentos de roca de gran tamaño, el uso de geoceldas demasiado pequeñas resultaría ineficaz. Es necesario confinar los fragmentos de roca dentro de las celdas para mantenerlos en su lugar, garantizando así la integridad del conjunto geocelda-suelo y protegiendo el talud.
Por otro lado, si el relleno contiene partículas de gran tamaño, como limo o arena fina, se pueden utilizar geoceldas de menor tamaño. Las celdas pequeñas pueden confinar eficazmente estas partículas finas, impidiendo que sean arrastradas por el agua o el viento. En zonas con suelos loéssicos, compuestos de partículas de grano fino, las geoceldas pequeñas pueden ser muy eficaces para el control de la erosión, ya que atraen las partículas finas del suelo y minimizan la escorrentía de sedimentos.
Objetivos de establecimiento de vegetación
La vegetación en taludes es fundamental para la seguridad y estabilización de los mismos, y tiene un impacto considerable en la elección del tamaño de las geoceldas. Si el objetivo es establecer vegetación a pequeña escala, como césped o cubresuelos de bajo crecimiento, las geoceldas más pequeñas son más adecuadas. Las celdas pequeñas proporcionan un entorno más seguro y cubierto para el crecimiento de estas plantas. Las celdas retienen el suelo alrededor de las raíces, reduciendo la erosión y ofreciendo un mejor medio para que las raíces penetren y se afiancen. Por ejemplo, en un proyecto de paisajismo residencial donde se va a cubrir el talud con césped para embellecer el paisaje y prevenir la erosión, se pueden utilizar geoceldas pequeñas para crear un entorno favorable para la germinación y el crecimiento de las semillas de césped.
Sin embargo, si el proyecto consiste en plantar arbustos grandes o pequeños en la ladera, se requieren geoceldas de gran tamaño. Las plantas de mayor tamaño poseen sistemas radiculares más extensos que necesitan espacio suficiente para desarrollarse y extenderse. Las geoceldas de gran tamaño pueden albergar el crecimiento de estos sistemas radiculares, permitiendo que las plantas se establezcan firmemente en la ladera. En un proyecto de estabilización de taludes en una autovía donde se plantan arbustos autóctonos para mejorar el entorno ecológico y estabilizar el terreno, se requerirían geoceldas de gran tamaño para favorecer el crecimiento de estos arbustos y lograr una estabilización del talud a largo plazo.
Funcionalidad específica del proyecto
El rendimiento requerido para una asignación específica también juega un papel fundamental en la determinación del tamaño de la geocelda. En proyectos de transporte, como la construcción de vías de acceso en pendientes, se prefieren geoceldas de gran tamaño. Estas vías soportan con frecuencia cargas pesadas de vehículos, y las geoceldas grandes distribuyen mejor la carga y proporcionan mayor estabilidad. Además, las geoceldas grandes pueden contener los materiales de relleno de grano más grueso que se utilizan habitualmente en la construcción de carreteras para garantizar la durabilidad del pavimento. Por ejemplo, en una vía de acceso en pendiente para una operación minera, donde vehículos pesados transportan minerales continuamente, las geoceldas de gran tamaño pueden soportar las cargas pesadas repetidas y evitar que la vía se deteriore por contracción o deformación.
En cambio, para proyectos panorámicos y estéticos, las geoceldas de menor tamaño pueden ser más apropiadas. En un jardín o parque, donde el objetivo principal es crear una pendiente visualmente atractiva y de aspecto natural, las celdas más pequeñas se integran mejor con el entorno. Además, favorecen el crecimiento de plantas ornamentales, realzando la belleza del paisaje. Asimismo, las celdas más pequeñas permiten crear patrones y diseños más complejos en la pendiente, aumentando el valor estético del proyecto y, al mismo tiempo, proporcionando una geocelda eficaz para el control de la erosión.
La interacción entre la profundidad y el tamaño de la celda
La profundidad y el tamaño de las geoceldas ya no son variables independientes; por el contrario, existe una gran interacción entre ellas que resulta vital para lograr la máxima estabilidad de taludes. Un equilibrio adecuado entre estos dos elementos puede optimizar el rendimiento general de las geoceldas en la protección, estabilización y control de la erosión de taludes.
Si se aumenta la profundidad de la geocelda mientras que el tamaño de las celdas permanece demasiado pequeño, el material de relleno dentro de las celdas podría no ser capaz de distribuir la presión de manera efectiva. Por ejemplo, en un proyecto de estabilización de taludes con un material de relleno de grano grueso, las celdas pequeñas podrían no ser capaces de contener las partículas grandes de forma que permitan una transferencia de presión adecuada. Esto puede provocar una distribución desigual de la presión, lo que podría causar fallas locales dentro de la estructura geocelda-suelo.
Por el contrario, si el tamaño de la celda es demasiado grande en relación con su profundidad, el efecto de confinamiento puede verse comprometido. En una pendiente con alto riesgo de erosión, el uso de geoceldas con celdas de gran tamaño y poca profundidad puede resultar insuficiente para evitar que las partículas finas del suelo sean arrastradas por el agua. Además, las celdas de gran tamaño no proporcionan el confinamiento necesario para resistir la fuerza del flujo de agua, lo que conlleva un aumento de la escorrentía de sedimentos y una menor eficacia de la geocelda para el control de la erosión.
En algunos casos, una menor profundidad de geocelda puede combinarse con tamaños de celda más pequeños para la protección del suelo y el control de la erosión, como en un proyecto paisajístico residencial a pequeña escala. Las celdas más pequeñas mantienen la capa superior del suelo firmemente sujeta, evitando la erosión de la capa inferior, mientras que la menor profundidad es suficiente para el entorno de baja presión. Sin embargo, en un proyecto de infraestructura a gran escala con una pendiente pronunciada y alta capacidad de carga, puede ser necesario una mayor profundidad de geocelda combinada con celdas de mayor tamaño. Las celdas grandes pueden alojar los materiales de relleno de grano más grueso necesarios para soportar la carga, y la mayor profundidad garantiza el equilibrio general de la pendiente bajo las cargas previstas.
Encontrar la combinación adecuada de profundidad de geocelda y tamaño de la geocelda suele implicar un proceso de prueba y error en las etapas iniciales de planificación de un proyecto. Los ingenieros también pueden usar simulaciones por computadora o consultar proyectos anteriores exitosos con requisitos de pendiente similares para determinar los valores óptimos. Al considerar cuidadosamente la interacción entre la profundidad y el tamaño de la geocelda, pueden diseñar un sistema que ofrezca la protección, estabilización y control de la erosión más ventajosos para el talud, garantizando así la estabilidad e integridad del talud a largo plazo.
Estudios de caso y ejemplos del mundo real
Las tareas del mundo real ofrecen valiosas perspectivas sobre cómo la decisión adecuada sobre la profundidad de la geocelda y la medición telefónica puede influir drásticamente en la estabilidad de las laderas.
Proyecto de construcción de carretera
En un proyecto de construcción de una autopista de peaje en una zona montañosa, las laderas adyacentes a la vía eran propensas a la inestabilidad debido a la pronunciada pendiente y la presencia de suelo arenoso suelto. Los ingenieros decidieron utilizar geoceldas para la seguridad y estabilización de las laderas. Tras una evaluación específica del tipo de suelo, la inclinación y la altura de la pendiente, optaron por geoceldas con una profundidad considerable de 30 centímetros. Esta profundidad se seleccionó para garantizar que las geoceldas penetraran lo suficiente en el suelo arenoso como para confinar firmemente las partículas sueltas.
Para el tamaño de la geocelda, se optó por una de tamaño mediano que permitiera alojar el material de relleno, compuesto por una mezcla de grava y arena. El mayor tamaño de la geocelda permitió una mejor distribución de la presión una vez abierta la vía al tráfico, ya que las geoceldas serían capaces de soportar el peso de los vehículos. Tras la instalación de las geoceldas, las laderas se mantuvieron estables incluso durante fuertes lluvias y el tránsito de vehículos a alta velocidad. Este proyecto demostró la importancia de ajustar la profundidad de la geocelda a las características del suelo y las condiciones físicas de la ladera, así como de elegir un tamaño adecuado para los requisitos de carga en un sistema de protección de taludes con geoceldas.
Proyecto de control de la erosión de las riberas
A lo largo de una orilla de un río que alguna vez sufrió una erosión extrema, se implementó una solución totalmente basada en geoceldas. El suelo del lugar era antiguamente una mezcla de limo y arena fina, que antes era arrastrada sin esfuerzo por el agua del río. Para abordar este problema, se han seleccionado geoceldas con una profundidad menor de 15 centímetros. La menor profundidad solía ser adecuada, ya que el objetivo principal era detener la erosión de la capa de suelo y mantener el fantástico suelo granulado en su lugar.
Para el tamaño de las geoceldas, se eligieron celdas pequeñas para confinar adecuadamente las partículas de limo y arena de tamaño adecuado. La vegetación también fue una fase necesaria del plan de control de la erosión. Las pequeñas celdas de las geoceldas proporcionaron un entorno óptimo para el crecimiento de hierba y plantas pequeñas, lo que a su vez mejoró el equilibrio de la ribera. Las raíces de la vegetación crecieron dentro del suelo confinado por las geoceldas, desarrollando una estructura más cohesiva. Con el tiempo, la ribera mostró una reducción significativa de la erosión, gracias a la acción conjunta de las geoceldas y la vegetación para lograr una geocelda eficaz para el control de la erosión. Este estudio de caso destaca la importancia de considerar el tamaño de las partículas del suelo y las necesidades de la vegetación al seleccionar la profundidad y el tamaño de las geoceldas.
Estabilización de taludes en desarrollos residenciales
En un proyecto de mejora residencial en terreno ondulado, se buscó estabilizar una ladera adyacente a las viviendas para prevenir posibles deslizamientos de tierra y garantizar la seguridad de los residentes. La ladera tenía una pendiente media y estaba compuesta de suelo arcilloso. Se instalaron geomallas para mejorar su estabilidad. Dadas las propiedades del suelo arcilloso, se determinó que una profundidad de 20 centímetros era la adecuada. Esta profundidad compensaría la expansión y contracción de la arcilla, a la vez que proporcionaría el soporte suficiente para prevenir fallas superficiales.
Para el tamaño del teléfono móvil, se seleccionaron celdas de tamaño mediano. El gráfico de mejora abarcó la plantación de pequeños arbustos en la pendiente con fines estéticos y de estabilización adicional. Las celdas de tamaño mediano debían permitir el crecimiento de las raíces de los arbustos, a la vez que proporcionaban confinamiento superior para el suelo arcilloso. Tras la instalación de las geoceldas y la plantación de los arbustos, la pendiente se mantuvo estable durante varios años, sin signos de movimiento ni erosión. Este ejemplo real demuestra cómo la funcionalidad específica del proyecto, como la necesidad de un paisajismo estéticamente atractivo en una zona residencial, puede influir en la elección de la profundidad y el tamaño de las geoceldas para la estabilización de taludes.
Estos estudios de caso demuestran que la elección de la profundidad de la geocelda y la medición telefónica ya no es un enfoque único y universal. Las características específicas de cada proyecto, como el tipo de suelo, la geometría de la pendiente, los requisitos de carga y los objetivos concretos, deben considerarse cuidadosamente para obtener los mejores resultados en la protección y estabilización de taludes con geoceldas, así como en el control de la erosión. Al aprender de estos ejemplos reales, los ingenieros y gestores de proyectos pueden tomar decisiones más informadas al implementar estructuras de geoceldas en proyectos futuros.
Cómo tomar la decisión correcta: Un enfoque paso a paso
Determinar la profundidad y el tamaño adecuados de la geocelda es un proceso sistemático que requiere una consideración y un análisis minuciosos. A continuación, se presenta una estrategia paso a paso para guiarle en este proceso de selección fundamental para la máxima estabilidad de taludes en proyectos de protección, estabilización y control de la erosión con geoceldas.
Paso 1: Investigación del sitio
El primer paso, y el más crucial, es realizar una investigación completa del sitio. Esto implica recopilar datos específicos sobre el tipo de suelo, sus propiedades físicas y mecánicas, y la geometría de la pendiente, incluyendo su orientación y altura. Utilice métodos de muestreo de suelo y ensayos de laboratorio para determinar con precisión la distribución del tamaño de las partículas, la cohesión y el ángulo de fricción interna del suelo. Por ejemplo, el muestreo de núcleos puede proporcionar muestras de suelo inalteradas, ideales para realizar ensayos de fuerza cortante. La orientación de la pendiente se puede medir con equipos topográficos sencillos, como clinómetros, mientras que la altura de la pendiente se puede determinar mediante levantamientos topográficos. Comprender estos elementos específicos del sitio es fundamental, ya que constituyen la base para todas las decisiones posteriores relativas a la selección de la geocelda.
Paso 2: Definir los objetivos del proyecto
Defina claramente los objetivos de su proyecto. ¿Su principal objetivo es detener la erosión (geoceldas para el control de la erosión), mejorar la estabilidad de la pendiente (estabilización de taludes con geoceldas) o ambos? Considere también cualquier objetivo secundario, como el desarrollo de vegetación o los requisitos de capacidad de carga. Si el proyecto se ubica en una zona residencial, la estética también puede ser importante. Para un talud adyacente a una vivienda, podría optar por geoceldas que favorezcan el crecimiento de vegetación atractiva y, al mismo tiempo, garanticen la estabilidad del talud. Anote estos objetivos de forma clara y concisa para poder consultarlos fácilmente durante el proceso de selección de geoceldas.
Paso 3: Evaluar las opciones de profundidad de la geocelda
En función del tipo y las características del suelo, la inclinación y la altura de la pendiente, y los requisitos de carga identificados en los pasos anteriores, comience a evaluar las opciones de profundidad de la geocelda. Si el suelo es arenoso y la pendiente es pronunciada, probablemente necesite una mayor profundidad de geocelda, posiblemente entre 20 y 30 centímetros o más. Para suelos arcillosos con una pendiente moderada y sin requisitos de carga específicos, una profundidad menor de 10 a 15 centímetros puede ser suficiente. Elabore una lista de las posibles profundidades de geocelda que parezcan adecuadas para su proyecto, teniendo en cuenta las recomendaciones de los fabricantes de geoceldas y las normas del sector.
Paso 4: Evaluar las alternativas de tamaño de celda de Geocell
A continuación, pensemos en la dimensión móvil de las geoceldas. Evalúe la dimensión de las partículas de la tela de relleno que desea utilizar. Si consta de agregados de tamaño masivo, parece ser para geoceldas con tamaños móviles grandes. Por otro lado, si el material del relleno es especial (granulado), los tamaños de teléfono más pequeños son más apropiados. Además, incluya los objetivos de su institución vegetal. Si tiene la intención de plantar arbustos gigantes, se necesitan celdas más grandes, mientras que el césped a pequeña escala puede prosperar en celdas más pequeñas. Enumere los posibles tamaños de teléfonos móviles que cumplan con estos criterios, teniendo en cuenta la funcionalidad requerida por su proyecto.
Paso 5: Analizar la interacción
Una vez que tenga una lista de profundidades de geoceldas y tamaños de geotelescopios viables, analice la interacción entre ellos. Considere cómo las distintas combinaciones pueden afectar el rendimiento general del sistema de geoceldas. Por ejemplo, un geotelescopio de gran tamaño con poca profundidad podría no ser adecuado para una pendiente con altos requisitos de carga. Utilice normas de ingeniería y, si es posible, software de diseño asistido por computadora (CAD) o equipos de evaluación geotécnica para simular el comportamiento de combinaciones específicas de profundidad de geocelda y tamaño de geotelescopio. Este análisis le ayudará a descartar las combinaciones que probablemente resulten en un rendimiento inferior al óptimo.
Paso 6: Busque asesoramiento de expertos y consulte estudios de caso.
Antes de tomar una decisión final, busque recomendaciones de ingenieros geotécnicos o especialistas en aplicaciones de geoceldas. Ellos pueden brindarle información valiosa basada en su experiencia y conocimientos. Además, investigue estudios de caso de proyectos similares. Analice cómo otros ingenieros seleccionaron la profundidad y el diámetro de las geoceldas y los resultados de dichos proyectos. Esto le proporcionará ejemplos prácticos que le ayudarán a tomar una decisión más informada.
Paso 7: Realizar la selección final
Tras considerar todos los factores, analizar la interacción entre ellos y consultar con especialistas, tome la decisión final sobre la profundidad de la geocelda y el tamaño del teléfono. Elija la combinación que mejor se ajuste a los objetivos del proyecto, las condiciones del sitio y las limitaciones presupuestarias. Documente el proceso de toma de decisiones, incluyendo los motivos para seleccionar una profundidad de geocelda y un tamaño de teléfono específicos. Esta documentación será útil como referencia futura, especialmente si surge algún problema o si necesita justificar su elección ante las partes interesadas.
Siguiendo este enfoque paso a paso, podrá ampliar las posibilidades de determinar la profundidad y el tamaño adecuados de la geocelda para su proyecto, garantizando una excelente protección, estabilización y control de la erosión de taludes. Recuerde que una instalación de geoceldas bien planificada y ejecutada con cuidado puede contribuir a la estabilidad del talud a largo plazo y a la finalización exitosa de su proyecto de ingeniería civil.
Conclusión
En ingeniería civil, la resolución adecuada de la medición de la profundidad y la longitud de las geoceldas es fundamental para lograr la estabilidad de taludes. Como hemos visto, las geoceldas cumplen una función multifacética en la protección, estabilización y control de la erosión de taludes.
Los elementos que influyen en la profundidad de las geoceldas, como el tipo de suelo, el ángulo de pendiente, la altura y los requisitos de carga, están todos interrelacionados. Un error de cálculo en la decisión de profundidad puede provocar que las geoceldas no puedan hacer frente a las fuerzas que aparecen en el talud, lo que se traduce en fallas del talud, erosión multiplicada y posibles daños a la infraestructura. De manera similar, la elección del tamaño móvil de las geoceldas, que depende de factores como el tamaño de las partículas del material de relleno, los objetivos de la estructura vegetal y la misión (funcionalidad única), es crucial. La medición incorrecta del teléfono puede comprometer el efecto de confinamiento de las geoceldas, haciéndolas ineficaces para proteger el suelo del área o ayudar al crecimiento de la vegetación.
Contáctenos
Nombre de empresa:Shandong Chuangwei nuevos materiales Co., LTD
Persona de contacto :Jaden Sylvan
Número de contacto:+86 19305485668
WhatsApp:+86 19305485668
Correo electrónico empresarial: cggeosynthetics@gmail.com
Dirección de empresa:Parque Empresarial, distrito de Dayue, ciudad de Tai 'an,
Provincia de Shandong









